Poemas Sobre La Niñez Corto

En este artículo encontrarás una selección de poemas breves que evocan la inocencia, la alegría y las travesuras propias de la niñez. Sumérgete en versos que capturan la magia y la nostalgia de esa etapa tan especial de la vida.

Ejemplos de Poemas sobre la niñez corto

1. La inocencia perdida

En la niñez todo era color y alegría,
jugábamos sin pensar en el mañana.
Pero el tiempo no perdona, nos arrebata
la inocencia que una vez nos llenaba.

Era un mundo de fantasía y sueños,
donde todo era posible y real.
Hoy recordamos esos momentos felices
con nostalgia en el corazón al recordar.

Las risas, las travesuras y tristezas,
todo formaba parte de nuestra esencia.
Ahora somos adultos con responsabilidades,
añorando la época de la niñez sin prisa.

La inocencia perdida en el camino,
se desvanece como el rocío en la mañana.
Pero en lo más profundo de nuestro ser,
siempre quedará un rincón de esa infancia.

2. Juegos en la calle

En la calle jugábamos sin parar,
corriendo y riendo sin cesar.
La niñez era un mundo de aventuras,
donde cada día era una locura.

Saltábamos charcos bajo la lluvia,
con la ropa mojada y sonrisa en la cara.
Los juegos de escondite y corre que te pillo,
eran nuestra forma de escapar de la rutina.

Las calles eran nuestro escenario de diversión,
donde la imaginación no tenía límites.
Hoy esos recuerdos nos acompañan,
como un tesoro guardado en el alma.

La niñez en la calle era libertad,
sin preocupaciones ni miedos que enfrentar.
Solo éramos niños disfrutando del presente,
sin pensar en el futuro por llegar.

3. El abrazo de mamá

En la niñez el abrazo de mamá
era refugio y consuelo en la adversidad.
Sus brazos cálidos nos protegían,
del frío del mundo y la soledad.

En cada abrazo encontrábamos paz,
un lugar seguro donde descansar.
El amor de madre era nuestro faro,
guiándonos en la oscuridad.

Aunque el tiempo pase y crezcamos,
nunca olvidaremos ese abrazo eterno.
El cariño de mamá perdura en el recuerdo,
como un bálsamo para el alma en invierno.

La niñez se va, pero el abrazo queda,
como un lazo indestructible entre dos almas.
Gracias mamá por tu amor infinito,
que nos acompaña en cada paso que damos.

4. La magia de los cuentos

En la niñez los cuentos eran magia,
nos transportaban a mundos de fantasía.
Con princesas, dragones y hadas,
soñábamos despiertos en la melancolía.

Las páginas de los libros eran puertas,
que abríamos con ansias y devoción.
Cada palabra era un hechizo encantado,
que despertaba nuestra imaginación.

Los cuentos nos enseñaban lecciones,
de valentía, amor y amistad sincera.
Nos hacían creer en lo imposible,
en un universo lleno de quimeras.

Aunque crezcamos y los años pasen,
siempre guardaremos en el corazón
la magia de aquellos cuentos de antaño,
que nos hicieron volar en la niñez sin razón.

5. La mirada del niño

La mirada del niño es pura y sincera,
sin prejuicios ni maldad en su esencia.
Ve el mundo con ojos de asombro,
descubriendo maravillas a su presencia.

En sus pupilas brillantes se refleja,
la inocencia y la curiosidad sin fin.
Cada cosa es nueva y sorprendente,
en el universo que está por descubrir.

El niño ve la belleza en lo simple,
en un pétalo de flor o una nube en el cielo.
Su corazón late con alegría desbordante,
ante la magia que le regala el vuelo.

Aprendamos de la mirada del niño,
a ver el mundo con frescura y pasión.
Recuperemos la capacidad de asombro,
que nos permita vivir con emoción.

6. Los amigos de la infancia

En la niñez los amigos eran tesoros,
compañeros de juegos y confidencias.
Juntos explorábamos el mundo,
sin importar las diferencias.

Las risas compartidas eran el lazo,
que unía nuestras almas en complicidad.
Cada secreto era un pacto sagrado,
que fortalecía nuestra amistad.

Los amigos de la infancia son luz,
en los días grises y tormentosos.
Nos acompañan en el camino de la vida,
como estrellas que guían en lo nebuloso.

Aunque el tiempo y la distancia separen,
siempre quedará en el corazón
el recuerdo de aquellos compañeros,
que fueron parte de nuestra formación.

7. La niñez eterna

En nuestros corazones habita,
una niñez que nunca muere.
Es la chispa de la esperanza,
que nos impulsa a seguir adelante.

La niñez eterna nos recuerda,
que dentro de nosotros vive un niño.
Que sueña, que ríe, que ama sin medida,
que busca la felicidad en lo sencillo.

Aunque los años pasen y las arrugas lleguen,
siempre conservaremos esa llama encendida.
La niñez eterna nos conecta con lo esencial,
con la pureza que se esconde en la vida.

Que nunca se apague la luz del niño interno,
que nos inspire a ser mejores cada día.
Porque en la niñez eterna encontramos,
la verdadera esencia de la alegría.

¿Cómo se puede expresar la inocencia y la alegría de la niñez en un poema corto?

Se puede expresar la inocencia y la alegría de la niñez en un poema corto a través de imágenes tiernas y sencillas, lenguaje simple y musical y metáforas que evocan la fantasía infantil.

¿Qué elementos o imágenes son comunes en los poemas que retratan la niñez de forma concisa?

La inocencia, la alegría y la imaginación son elementos comunes en los poemas que retratan la niñez de forma concisa.

¿Cuál es la importancia de la brevedad y la precisión al escribir un poema sobre la niñez?

La importancia de la brevedad y la precisión al escribir un poema sobre la niñez radica en capturar la esencia y la inocencia de ese periodo de la vida de forma impactante y evocativa.

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