Poemas Sobre El Tiempo Que Pasa

En este artículo encontrarás una colección de poemas que reflexionan sobre el paso del tiempo, cómo influye en nuestras vidas y cómo nos enfrentamos a su inevitable transcurrir. Sumérgete en versos que capturan la fugacidad y la belleza de cada instante.

Ejemplos de Poemas sobre el tiempo que pasa

Pasajero eterno

El tiempo transcurre sin piedad,
como un río que nunca se detiene.
Dejando a su paso recuerdos y añoranzas,
que se desvanecen en la bruma del olvido.

Las horas se convierten en días,
los días en años,
mientras el reloj implacable marca el paso
de un tiempo que no espera a nadie.

Somos testigos mudos de su avance,
de cómo transforma lo nuevo en viejo,
lo bello en marchito,
lo efímero en eterno.

Aunque intentemos retenerlo entre nuestras manos,
el tiempo se escapa como arena entre los dedos,
dejando solo la melancolía de lo que pudo ser
y ya no será.

En su paso inexorable,
nos obliga a enfrentar nuestra propia fugacidad,
nuestra limitada existencia en este mundo efímero,
donde todo tiene un principio y un fin.

Pero en medio de esta vorágine temporal,
hay algo que permanece inmutable,
algo que trasciende al tiempo y al espacio,
algo que perdura más allá de la fugacidad de la vida.

Ese algo es el amor,
la chispa eterna que enciende nuestros corazones,
que nos une más allá de la distancia y del tiempo,
que nos hace sentir vivos en medio de la transitoriedad.

Así, aunque el tiempo siga su curso implacable,
nuestro amor perdurará en la eternidad,
como un faro que guía nuestras almas
a través de la oscuridad de los días pasajeros.

Porque en el torrente del tiempo que pasa,
solo el amor es capaz de dar sentido a nuestra existencia,
de trascender las barreras del tiempo y del espacio,
de convertir lo efímero en eterno.

Así, en medio de la vorágine del tiempo que avanza,
nos aferramos a nuestro amor como a un ancla,
que nos mantiene firmes en medio de la tempestad,
que nos da esperanza en la fugacidad de la vida.

Y así, en la danza infinita del tiempo y del amor,
descubrimos que somos pasajeros eternos,
viajeros en un barco sin rumbo fijo,
pero con el destino marcado por la luz de nuestro amor.

Porque al final del camino,
cuando el reloj marque la hora final,
sabremos que nuestro amor fue verdadero,
que trascendió al tiempo que pasa.

Y en ese instante supremo,
nuestros corazones latirán al unísono,
en una melodía eterna que resonará en el universo,
recordando que fuimos pasajeros eternos en el tiempo que pasa.

La nostalgia del ayer

El tiempo se desliza entre mis dedos,
como el agua que corre mansa por el río.
Dejando a su paso la melancolía del ayer,
los recuerdos que se desvanecen en la bruma del olvido.

Cierro los ojos y puedo sentirlo,
el eco lejano de aquellas risas y susurros,
los abrazos cálidos que ya no están,
las miradas cómplices que se perdieron en el tiempo.

El ayer se desvanece ante mis ojos,
como un sueño efímero que se desvanece al despertar.
Pero la nostalgia perdura en mi alma,
como un eco eterno de lo que fue y ya no será.

¿Dónde quedaron aquellos días dorados,
las tardes interminables bajo el sol radiante,
las noches estrelladas llenas de promesas,
los amores que creíamos eternos?

Todo eso se ha desvanecido en la niebla del tiempo,
convirtiéndose en sombras fugaces que se desvanecen.
Pero la nostalgia del ayer persiste,
como un susurro en la noche que me llama.

A veces pienso en volver atrás,
en recorrer de nuevo esos caminos ya olvidados,
en revivir los momentos que se perdieron en la memoria,
en encontrar en el pasado la paz que el presente me niega.

Pero sé que es imposible,
que el tiempo solo avanza en una dirección,
que lo que fue ya no volverá,
que la nostalgia del ayer es solo un eco lejano en mi corazón.

Así que me resigno a recordar,
a revivir en mis sueños aquellos días idos,
a aferrarme a la nostalgia del ayer
como un tesoro fugaz que se escapa entre mis manos.

Y mientras el reloj inexorable sigue su marcha,
yo me quedo aquí, en el rincón de los recuerdos,
contemplando con melancolía el paso del tiempo,
y sintiendo en lo más profundo la nostalgia del ayer.

Pero sé que aunque el tiempo pase y los recuerdos se desvanezcan,
siempre quedará en mi alma la huella indeleble del ayer,
la nostalgia que me recuerda quién fui,
y me enseña a apreciar el presente antes de que se convierta en pasado.

Porque la nostalgia del ayer
es también el anhelo del mañana,
la esperanza de que algún día,
los recuerdos se conviertan en realidad de nuevo.

Así que mientras el tiempo siga su curso implacable,
yo seguiré soñando con aquellos días dorados,
con la nostalgia del ayer que me acompaña,
hasta que el reloj marque mi último suspiro.

Y en ese instante supremo,
sabré que la nostalgia del ayer
fue el hilo conductor de mi existencia,
la melodía que guió mis pasos en el tiempo que pasa.

¿Cómo se refleja el paso del tiempo en los poemas?

El paso del tiempo se refleja en los poemas a través de la evocación de recuerdos, la melancolía por lo que ya no es, y la reflexión sobre el cambio y la transitoriedad de la vida.

¿Qué emociones suelen expresarse al hablar del tiempo que pasa en un poema?

Melancolía y nostalgia son emociones comunes al hablar del tiempo que pasa en un poema.

¿Cuál es la importancia de la temporalidad en la creación poética sobre el tiempo que transcurre?

La temporalidad es crucial en la creación poética, ya que permite capturar y reflejar el paso del tiempo de manera emotiva y evocadora en los poemas.

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